Nuevo día de madrugón. Claro que no nos cuesta mucho pues aún no nos hemos adaptado al horario y nos despertamos solitos a las cuatro. Así que a las cinco de la mañana ya estamos arriba, con todo el equipaje preparado y sin desayunar, listos para facturar en el aeropuerto antes de las 6:30. Nos vamos a Arequipa con la compañía Star Perú, de la que no tenemos más información que el disgusto que nos han dado ayer. A estas horas no hay mucho tráfico y D. Manuel nos lleva al aeropuerto con tiempo más que suficiente para facturar sin problemas.
Para la espera hasta la hora de embarque buscamos una cafetería con wi-fi. No es fácil, solo hay una y la señal no es muy fuerte pero resulta suficiente. Pedimos café americano por consumir algo y que nos den la contraseña pero para desayunar tenemos algo mucho mejor: sobaos pasiegos. Mientras anuncian nuestro vuelo vamos editando algunas fotos del día anterior.
Más tarde pudimos comprobar que en la sala de embarque si hay buena señal wi-fi. Al embarcar tampoco nos ponen ninguna pega por el equipaje de mano, a pesar de llevar más del peso admitido y una gran botella de agua.
Enseguida vemos nuestro avión, un cuatrimotor inglés de la British Aerospace, un BAe 146-100 rechoncho y pequeñito con capacidad para unos 75 pasajeros. No está mal, inspira confianza. Y allá vamos.
Las azafatas son atentas y se ofrecen para tomarnos una fotito. Esto de "la fotito" es un término generalizado en Perú y Latinoamérica aunque también he podido escucharlo en Madrid. El error viene de pensar que es masculino todo lo que termina en o, como foto, moto y mano y así hacen el diminutivo en masculino, fotito, motito y manito aunque siguen conservando el artículo femenino. Te toman una fotito, te dan la manito y te llevan en la motito.
Nos asignaron los dos primeros asientos, con más espacio para los pies. Si prefieres viajar en los asientos delanteros es mejor no hacer el check-in online pues por internet solo aparecen libres las plazas traseras. Reservan los primeros asientos para los viajeros que sacan su tarjeta en el mostrador del aeropuerto. Claro que también hay que estar el primero en la cola.
El día estaba algo nublado pero, con todo, el paisaje es grandioso.
A bordo nos enteramos de que el vuelo no es directo a Arequipa, hace escala en Cusco (Cuzco). Esto explica que el vuelo hasta Arequipa demore dos horas en vez de la hora y media que tardan Lan o Peruvian Airlines. Así y todo, el viaje se hace entretenido. Nos fueron repartiendo zumos y unas cajitas con el desayuno, de las que me llamó la atención ver cómo se habían hinchado los paquetitos de los bocadillos por efecto de la baja presión dentro del avión.
En apenas una hora llegamos a Cusco (Cuzco). Esto va a ser lo más cerca que estemos de esta hermosa ciudad y de Machu Picchu, por ahora.
La parada en Cusco fue muy breve, apenas veinte minutos, nosotros no abandonamos el avión, unos pasajeros bajan y ya están subiendo los otros que también van a Arequipa. Remontamos el vuelo y nos orientamos hacia el suroeste. Ahora el paisaje cambia, se vuelve desértico.
Con la práctica se va aprendiendo. Encuentro que es más difícil de lo que pensaba escribir este blog cada día. Los días se quedan cortos para tantas cosas como hay que ver, eso sin contar las complicaciones que van surgiendo y que también me roban tiempo. Tampoco es sencillo sacar y encender el portátil a cada rato. La solución más cómoda ha resultado ser la más clásica, un cuaderno y un boli siempre a mano para ir tomando notas. Ya veis, la tecnología aún no supera al papel y el lápiz.
Arequipa nos da la bienvenida con un día precioso de sol y 20 grados a las once y media de la mañana. A la puerta del aeropuerto nos esperaba una azafata de Star Perú para decirnos que aún no tienen otra solución y preguntarnos por el hotel en donde nos quedaremos para tenernos localizados. También nos espera un taxi seguro enviado por nuestro hotel para llevarnos hasta la Casa de Tintín.
Una de las primeras recomendaciones que nos hicieron, y que nosotros tomamos en serio, fue la de tener máxima precaución con los taxis, no tomar nunca uno cualquiera en la calle. Siempre, en restaurantes, hoteles o centros comerciales, pedir que nos llamen a un taxi seguro de empresas legalmente autorizadas. Y, si fuera necesario, llamar a nuestro hotel para que nos envíen uno allá en donde estemos.
La Casa de Tintín |
Nuestro hotel en Arequipa resultó una agradable sorpresa, nos gustó tanto y nos trataron tan bien que merece la pena dedicarle un capítulo aparte.
Lo primero que hicimos, tras acomodarnos en el hotel, fue buscar un buen sitio para comer y vaya si lo encontramos. Allí cerquita está el restaurante Típika, en donde cometimos la gran imprudencia de comer con los ojos, queríamos probarlo todo, pedimos cebiche, rocoto relleno, palta rellena y ocopa arequipeña. De verdad, todo tenía una pinta riquísima... si hubiéramos podido comerlo. Sólo la ocopa habría bastado para ambos, de ahí atacamos el cebiche que está más cocinado que en Piura y no resulta tan jugoso, luego la palta (aguacate), de la que ya dejamos gran parte del relleno y, del rocoto, que era lo que más nos habían recomendado, no puedo hablaros porque no me quedaba hueco por más limonada que traté de echarle. En fin, Luz me consuela diciéndome que no era para tanto.
Los camareros vestidos de vaqueros arequipeños llevaban bandejas mayores que sus sombreros |
Palta rellena y cebiche |
Ya no puedo más... pero está tan rico |
Lo siento, como dice Alberto, estoy potao. Mañana os contaré más cosas lindas de Arequipa.
Podeis ver más fotos de este día en:
http://picasaweb.google.com/CerecedaAtarama/09?authkey=Gv1sRgCPaqvNHOsM74dg#